LUZ EN PENUMBRAS
Abrí los ojos
y ahí estabas tu
para recordarme
la inmortalidad de mi luz.
No pude entender
tus palabras de apoyo
ni reconocer
la profundidad
de tu mensaje.
Aún cubierta
por el manto de mi sombra
tu presencia,
tu amor,
tu grandeza,
tu dolor
al percibir
la fragilidad del momento
fueron
la mano guía
que me sacó de la penumbra
y me hizo prometer
que jamás
renunciaría
a emitir
lo que era.
Comprendiste
que debías
dejarme escapar
para poder encontrarme
y desde la distancia
y el silencio
me acompañaste
permitiendo
que mi luz
se hiciera grande
y nunca más dejara de brillar.
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